Nunca me atreví a sostener en mis brazos a un bebé recién nacido. Al primero que tuve en mis brazos fue a mi hijo, comprobando que aunque de aspecto frágil es más fuerte y consistente de lo que parece, recuerdo la primera vez que se durmió en mi pecho, cuanta paz se respirabá, nunca sobre si era él o yo quien la generaba, posiblemente eramos ambos. En ningún momento pensé que podría caerse. Estos momentos en los que no necesita a la madre para tomar leche son bonitos, son las primeras y rudimentarias comunicaciones con el niño/a . Hay personas que aseguran que el pequeño/a se acostumbrará a los brazos y que luego será peor, por lo que te advierten de que no lo hagas, personalmente creo que eso es una patochada, ni veo que sea malo que un bebé se acostumbre a estar en brazos, ni creo que esa costumbre llegue hasta la adolescencia, ni entiendo que temores se ocultan tras esa afirmación.Yo más bien veo beneficios, por lo que he observado el peque se siente seguro en los brazos, sobre todo si nos ponemos en movimiento, seguridad que se pierde cuando dejamos al bebé en la cuna o el moises, yo al principio revisaba por si tenía pinchos ya que esa era la sensación que daba dejar un bebé que estaba tan tranquilito en brazos en el moises. A veces no hacia falta caminar, simplemente con levantarse el bebé se calmaba como si viniese dotado de un altimetro. Por algún motivo estar en brazos da más seguridad que estar en unas sabanas. Teniendo en cuenta que hace poco estaba en el paraiso del vientre materno flotando no me parece descabellado que estar en brazos les de seguridad, es más parecido a un útero que un cesto de paja con sabanas y más facil acostumbrarse a unos calidos brazos que aunas sabanas solitarias.
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